
La palabra Avalokiteshvara viene del sánscrito y significa "compasión". El budismo llegó en el siglo 7 al Tibet. Extendido por el Rey Songtsen Gampo. Sonstsen Gampo es la emanación (el cuerpo que emana) el Avalokiteshvara. Uno de las razones por la cual Avalokiteshvara es también la patrona de protección del Tibet.
Su carácter principal es, la compasión, por eso su nombre "El señor de la compasión infinita" o "el que escucha las oraciones de todo el mundo". Se conocen 108 formas de maneras de representar a Avalokiteshvara. En los 30 más comunes se representa con 11 cabezas y una corona de muchos brazos. Cada mano tiene un ojo, para que pueda ver mejor el sufrimiento que hay en el mundo y acudir inmediatamente a aquel, quien le pide ayuda. Las representaciones siempre son muy dinámicas.
Según la leyenda, contamplaba el Bodishattva (un iluminado que renuncia al Nirvana para ayudar a todos los seres que sufren), un día el mundo, y lo que vio allí, era tan impresionante, que se desesperó y le estalló su cabeza por el dolor, de ver cuán grande es su misión. Su padre espiritual, Buda Amitabha, es decir "Buda de la luz infinita", coleccionó los trozos de cabeza y formó 11 cabezas nuevas. A partir de aquel entonces Avalokiteshvara llevaba 11 cabezas en 3 coronas, y 3 caras cada una.
Avalokiteshvara llevó el mantra sagrado, y hoy en día el mantra más popular "OM MANI PEME HUM" al Tibet. (Más sobre mantras en mi artículo sobre Mantras).
Además, el Dalai Lama es la Encarnación del Avalokiteshvara.
Volviendo al Mandala:
Una vez terminado el Mandala, después se destruye. Se hace con un ritual y la destrucción significa que "nada es permanente". Representa la ley de la impermanencia, de la vacuidad. Es la práctica para "no crear o tener apego" a las cosas.
Cantando oraciones, parten el Mandala por la mitad, con el Vraja. Después se recoje cuidadosamente todo el arena y se echa en un cuenco. A continuación van con el cuenco a un río y echan la arena al río.
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